Cansada del silencio que estruja las entrañas.
Miro sobre mi hombro y hay seres deformes sin terminar;
arrastrándose en el suelo pidiendo un atisbo de vida.
Me niego a dárselos, otra vez. Si otra vez.
Buscando lo que soy y no soy, no me encuentro todavía, me desespero, grito,
lloro; intento alcanzarme, pero no llego.
Otro día más, es como tocar el viento, presa del miedo no me encuentro, no
me veo.
Te odio miedo, te odio y me desprecio por sentirlo